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martes, 20 de enero de 2015

LUXACIÓN DE LA GLÁNDULA LACRIMAL DE LA MEMBRANA NICTITANTE O TERCER PÁRPADO (OJO DE CEREZA)



                Buenas, hoy vamos a conocer una patología que es frecuente verla en la clínica diaria, sobre todo en el caso de los perros. Ya vimos en la entrada anterior que una luxación es la salida de alguna estructura (salida de un hueso en el caso de la rótula) de su posición fisiológica o para que nos entendamos, la salida de su “sitio”. Bien, pues en esta enfermedad que nos ocupa hoy veremos qué pasa cuando se produce la luxación de una glándula lacrimal (que produce lágrimas).

                Primero vamos a ver qué es eso de la membrana nictitante y su glándula. La membrana nictitante es conocida también como tercer párpado y es una membrana que se encuentra en la zona medial (interna) del ojo y que realiza las mismas funciones que los otros dos párpados: protección y ayudante de la hidratación del ojo con sus movimientos. Bien, pues en este tercer párpado se halla colocada una glándula que se encarga de producir lágrimas, las cuales sirven para mantener el ojo húmedo y limpio y ayudan a la nutrición de la córnea. En condiciones normales (fisiológicas) la glándula está en su posición y no es visible desde el exterior.


                Una vez sabemos todo esto podemos entender más la enfermedad. El problema se produce cuando la glándula sufre una luxación y se sale de su posición, pudiendo llegar a verse desde el exterior. Normalmente lo que se aprecia es un “abultamiento” rosado en la zona medial (interna) del ojo y que asoma por la abertura palpebral, como podemos ver en la foto. Es un problema que puede aparecer en los dos ojos, aunque no siempre al mismo tiempo (a veces se produce en un ojo y con el paso de los días, semanas o años puede aparecer en el otro).


                ¿Por qué ocurre esto a mi perro o gato? Causas.

La causa exacta no se conoce actualmente, existen hipótesis y líneas de investigación pero no hay nada concreto. Lo que sí se sabe es que esta enfermedad ocurre principalmente en animales jóvenes (de 4 meses a 2 años), que tiene mayor frecuencia en perros y es rara encontrarla en gatos y que las razas braquecefálicas (las que tienen el hocico corto y chato) la sufren con mayor frecuencia.
Razas braquicefálicas

                ¿Qué le puede ocurrir a  mi perro o gato con esta enfermedad? Síntomas.

La glándula, cuando sufre la luxación, no puede realizar bien su función, por lo que disminuye la producción de lágrima y el ojo presenta sequedad. En casos crónicos, cuando pasa el tiempo con la luxación, puede llegar a atrofiarse el tejido glandular y presentar foliculitis. Todo esto puede acabar derivando en problemas corneales o del resto de estructuras del ojo.


Existen muchos casos en los que podemos ver la glándula desde fuera e incluso podemos dejarla de ver algunos momentos como si hubiera “desaparecido”. Es importante saber que la glándula permanece luxada la veamos o no y que debemos tratar el problema.

Algunas otras enfermedades pueden confundirse con la luxación de la que estamos hablando, por lo que es necesario que el veterinario resuelva si se trata o no de esta enfermedad con un examen ocular.

                ¿Cómo se soluciona esta enfermedad? Tratamiento.

Solamente existe un tipo de tratamiento recomendado para esta enfermedad, el quirúrgico. Es una cirugía que consiste en recolocar la glándula en su posición fisiológica, procedimiento para el que existen varias técnicas. La cirugía se debe realizar lo antes posible para evitar problemas asociados a la luxación.



El principal problema de esta patología es que puede recidivar (volver a ocurrir) en el mismo ojo o en otro, aunque se haya operado. La cirugía no evita al 100% que vuelva a producirse la luxación.

Es importante saber qué cirugía se va a realizar a nuestro perro, ya que antes se realizaba la extirpación de la glándula (quitarla) y en algunos casos hoy se sigue realizando. NUNCA SE DEBE EXTIRPAR LA GLÁNDULA. Si se extirpa la glándula, que produce un 35-40% de las lágrimas del ojo, podemos estar provocando otras enfermedades como la queratoconjuntivitis seca (ojo seco) y provocar problemas a largo plazo.

           En algunos casos el veterinario podrá recomendar posponer la cirugía y poner antes algún tipo de tratamiento, algo que generalmente ocurre en casos de infecciones, úlceras y otras situaciones. El tratamiento médico no resuelve el problema en ningún caso