lunes, 15 de junio de 2015

Revisión y vacunación de nuestra mascota.


Muy buenas a todos! Hoy queremos hacer unas reflexiones, ya que en muchos casos podemos tener la duda de si es necesario o no vacunar a nuestra mascota. Esto es así porque  no conocemos bien qué hace una vacuna y no podemos explicarnos por qué es necesaria. Vamos a conocer algo más acerca de las vacunas: ¿Por qué necesita mi perro una vacuna? ¿Por qué dan reacción? ¿Por qué no puedo ponerle la vacuna a mi perro si ya tiene la enfermedad?

Vacunar no es “pinchar”.

Existen ciertos casos en que confundimos lo que es una vacuna. Es lógico que como cada vez que nuestro veterinario vacuna a nuestro perro usa una aguja nosotros pensemos que vacunar es lo mismo que “pinchar” y esto no es así. Por un lado existen vacunas que se “pinchan”, pero también existen vacunas que no: algunas se toman por boca o se aplican por la nariz, por ejemplo. Por otro lado hay veces que se “pincha” a nuestro perro un antiinflamatorio para bajar la fiebre, un antiemético para que no vomite… y todas esas cosas no son vacunas.

Os dejamos la definición de vacuna del diccionario de la Real Academia de la Lengua: Virus o principio orgánico que convenientemente preparado se inocula a una persona o a un animal para preservarlos de una enfermedad determinada.


Las defensas del cuerpo.

Las vacunas actúan sobre las defensas del cuerpo por lo que vamos a conocer a estas primero.

Cuando hablamos de las defensas del cuerpo (humano o animal) lo hacemos porque sirven para defendernos de todo lo que puede causar daño al organismo. Nuestras macotas disponen de todo un “ejército” que está formado por diferentes especialistas y que las defienden de virus, bacterias, parásitos y todo cuanto pueda ser perjudicial. Este “ejército” del cuerpo se conoce glóbulos blancos o leucocitos.

Igual que un ejército dispone de variantes de tierra, aire, marina, etc, el cuerpo tiene sus propias divisiones especializadas y son los neutrófilos, linfocitos, eosinófilos, basófilos, monocitos…

Cada vez que ponemos una vacuna estamos provocando una reacción de todo el sistema defensivo del cuerpo.

¿Para qué sirve una vacuna? Prevención de enfermedades.

Como bien dice el refranero “más vale prevenir que curar” y esto viene que ni pintado a las vacunas. La vacunación previene la enfermedad, es como un simulacro en el que las defensas del cuerpo ensayan y se preparan para actuar contra una enfermedad. La vacunación enseña a nuestras defensas a conocer a las enfermedades para que cuando estas lleguen de verdad puedan acabar con ellas muy rápidamente y así nuestras mascotas no lleguen a sufrirlas.

¿Cómo funciona? Revisión previa.

Como la mayoría de las vacunas son inoculadas (pinchadas) y previenen enfermedades víricas nos vamos a centrar en estas y luego comentamos sobre algunos otros casos.

La vacunación no es solamente el acto o el momento de inocular (que es termino para decir “pinchar”) el líquido que contiene la vacuna, es necesario realizar una serie de pasos previos para asegurarnos de que lo que estamos inyectando funciona, hace el efecto que queremos y previene la enfermedad en cuestión.

Pero ¿Qué es una vacuna? Resumiendo un poco, la vacuna consiste en un preparado que lleva el virus que provoca la enfermedad. Ese virus puede ir de varias formas:

·         vivo atenuado (es decir, lo han dejado vivo pero sin capacidad de causar infección).
·          virus muerto
·         Partes de un virus

Lo que se busca es que las defensas detecten estos virus y actúen contra ellos como si fueran la enfermedad real y acaben con ellos. Después de esta “batalla” las defensas del cuerpo “recordarán” la enfermedad y cuando aparezca el virus “de verdad” reaccionarán mucho más rápido contra este y lo eliminarán rápidamente. Este recuerdo no es para siempre, cuando va pasando el tiempo cada vez es menor y es por esto por lo que debemos poner recuerdos de las vacunas; dependiendo de la vacuna variará el tiempo en el que hay que poner el recordatorio para mantener alto el nivekl de defensas.

Las vacunas además no tienen un efecto inmediato, tardan varios días en producir la reacción deseada y crear un recuerdo de la enfermedad en cuestión, y es por eso que hay que vacunar tiempo antes de exponerse a la enfermedad. Por ejemplo, en muchas residencias caninas exigen la vacunación contra la tos de las perreras y hay mascotas que acuden a ponerse la vacuna el día antes y que acaban sufriendo la enfermedad ya que al vacunarse con poco tiempo de antelación no ha habido tiempo de que se creen las defensas contra la enfermedad.

El primer paso es conocer el estado de salud de la mascota. Si un gato o un perro tiene, por ejemplo, parásitos intestinales es posible que la vacunación no funcione bien ya que las defensas de éste estarán “ocupadas” en esos parásitos y probablemente no “echen cuenta” a la vacuna y por lo tanto no consigamos que funcione bien y no haya una buena reacción ni un buen recuerdo.


El segundo paso es conocer el estado físico del animal. No es lógico pensar en una vacunación sin que la acompañe una revisión completa del estado de nuestra mascota. En el caso de antes puede ser que estemos viendo a los parásitos (gusanos) y/o sepamos que los tiene, pero hay otras muchas enfermedades que pueden afectar a las defensas y no tenemos por qué haberlas visto antes, pero en una completa revisión las detectaremos. Esta revisión debe abarcar todo el animal, la piel, los oídos, los ojos, pulmones, corazón, temperatura (por ejemplo una mascota con fiebre no puede ser vacunada), etc.

Una vez conocemos el estado de salud y el estado físico de la mascota y todo está bien se procede a la administración de la vacuna (ya sea inoculada, vía nasal…). Esta vacuna debe ser un producto que haya seguido un estricto control de calidad y haber mantenido la cadena de frio para ser verdaderamente efectiva.

Debido a esto último un animal no se puede vacunar de nada cuando ya está enfermo.

Hay casos en los que la vacuna puede actuar frente a bacterias (como la leptospirosis) o frente a parásitos (vacuna contra leishmaniosis) y como ya comentamos en su momento existen vacunas que no se inoculan, aunque el mecanismo de acción es igual ya que estimulan las defensas para crear un recuerdo de la enfermedad.

¿Por qué da reacción una vacuna? ¿Qué reacción puede dar?

Como hemos explicado la vacuna funciona porque el cuerpo no sabe diferenciar entre la enfermedad real y la vacuna que se prepara, por lo tanto el cuerpo reacciona en muchos casos como lo haría normalmente ante una infección y se produce fiebre, malestar y apatía. En ciertos casos, la inflamación que se forma alrededor de la vacuna causa molestias y/o dolor pudiendo llegar a formarse un pequeño “bultito” en la zona.

Independiente de que sea una vacuna o no, pueden aparecer reacciones de tipo alérgico con cualquier agente externo, pudiendo aparecer desde picores en el cuerpo hasta hinchazón en la cara y cuello. Es importante estar pendientes y acudir al veterinario con cualquiera de estos signos para evitar problemas mayores.

El precio de una vacuna ¿Cuánto cuesta una vacuna?

Como hemos visto la vacunación no solamente consiste en inocular un producto y ya está, es necesario realizar todo un proceso con un examen detallado del paciente para asegurarnos el éxito en el funcionamiento de la vacuna, por lo tanto cuando hablamos de cuánto cuesta vacunar a un perro o un gato debemos tener en cuenta que requiere un tiempo y un material que tienen un coste.

En el precio de una vacuna entra el gasto de luz y agua (por ejemplo, la vacuna se ha comprado y se ha mantenido días o semanas en un frigorífico que gasta luz hasta que se administra) que se genera durante la visita, el sueldo de las personas que nos atienden durante ese tiempo, el precio de ocupación de un local (sea hipoteca o alquiler), el producto que se utiliza para la vacunación y el material empleado (aguja, jeringa…), el mantenimiento de los equipos utilizados (termómetro, fonendoscopio, cortaúñas, producto para limpiar los oídos, otoscopio…), la gestión de los residuos producidos (los “botes” de las vacunas deben ser recogidos por empresas especializadas de residuos), la carta para el recordatorio del año siguiente, etc. Dependiendo de la calidad del servicio y de dónde se ahorren los costes el precio de la vacuna variará entre diferentes profesionales.


        Esperamos que os haya gustado la entrada, ahora esperamos que podamos saber por qué es importante vacunar a nuestros peludos, hasta la próxima!!