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miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA LEUCEMIA FELINA



En esta nueva entrada vamos a intentar conocer una de las enfermedades felinas más importantes y que, por desgracia, es bastante frecuente todavía pese a que gracias a la vacunación, estamos consiguiendo que vaya a menos. Se trata de la leucemia felina.
La leucemia felina (FeLV) es una enfermedad vírica, la produce un virus de la familia retroviridae, que no os sonará de nada, pero a la que pertenecen otros virus como el de la Inmunodeficiencia felina (FIV) o el conocido virus de la inmunodeficiencia humana o virus del SIDA (VIH) de las personas.

Vamos a intentar responder a algunas preguntas sobre la enfermedad:

¿Cómo puede contagiarse mi gato?
La forma de transmisión de la enfermedad es generalmente vía oro-nasal por contacto directo entre gatos, ya que el virus es muy poco resistente en el medio ambiente (se destruye con desinfectantes y con el jabón de manos habitual,  por ejemplo). El virus es eliminado por los gatos que están infectados por la saliva, las secreciones nasales, la orina, las heces, e incluso por la leche materna, pudiendo contagiarse los cachorros al mamar. En algunos casos, se ha comprobado la posibilidad de que el virus se transmita por la picadura de pulgas o de la madre al feto durante la preñez.
Es muy importante destacar una cosa: el hecho de que un gato se infecte con el virus no quiere decir que de síntomas, en muchos casos el virus puede quedar en forma “latente” y el gato puede no tener ningún síntoma hasta que el virus, por determinadas circunstancias, se active.
Por todo lo dicho, se deduce que los gatos que tienen acceso al exterior o gatos “out-door” (calle, patios, etc.) tienen una mayor predisposición a tener la leucemia felina.

¿Qué síntomas puedo notar?
La sintomatología de los animales es muy variable, poco específica (Decaimiento, fiebre, pérdida de peso…) y depende de la forma en que se desarrolle la enfermedad, que puede ser de varios tipos, pudiendo dar anemias, dermatitis, enteritis, abortos, inmunosupresión, entre otros síntomas directamente derivados del virus o secundarios a la acción de éste.
Además, la presencia de este virus parece ser que, sobre todo en animales con la enfermedad “latente”, se ha relacionado con la mayor predisposición a sufrir ciertos tipos de tumores.


Acabo de adoptar un gatito de la calle o de una asociación, ¿Debo tener alguna precaución especial?
Pues sí, tanto si el gato es un cachorrito como si no y, especialmente importante en caso de que haya más gatos en casa, es importante realizar pruebas analíticas que detecten la presencia del virus. Para definir que prueba es la más indicada y realizarla, ponte en contacto con un veterinario.

Mi gato tiene leucemia ¿Existe un tratamiento? ¿Qué puedo hacer?
Actualmente no existe ningún tratamiento directo frente al virus, los tratamientos que se llevan a cabo van encaminados a mantener la calidad de vida del animal y a tratar los problemas secundarios que puedan aparecer.
Es importante tener en cuenta varias cosas: lo primero es mantener al animal con unas defensas altas frente a otras enfermedades dado que el virus de la leucemia puede disminuir las defensas del animal (inmunosupresión) y hacerlo más sensible a otras enfermedades, para esto, muchos autores recomienda realizar vacunaciones de otras enfermedades felinas (la vacuna contra le leucemia es preventiva, en principio no tiene sentido vacunar a un animal positivo a la enfermedad, no se ha demostrado que esto sea eficaz) y, lo segundo, es realizar medidas de prevención como ajustar la dieta a las necesidades del gato o las que veremos en la próxima pregunta.

¿Cómo puedo prevenir que mi gato se contagie o transmita la leucemia?
1.      La primera medida de prevención en gatos no positivos es la VACUNACIÓN.
2.      Evitar las salidas al exterior en la medida de lo posible.
3.      Revisiones por lo menos dos veces al año y, en el caso de los gatos positivos, realización de analíticas o hemogramas según se considere.
4.      Esterilización, la castración es efectiva porque disminuye las necesidades de salidas y evita una posible transmisión sexual de la enfermedad (no del todo clara).

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