Buenas,
hoy vamos a conocer una patología que es frecuente verla en la clínica diaria,
sobre todo en el caso de los perros. Ya vimos en la entrada anterior que una
luxación es la salida de alguna estructura (salida de un hueso en el caso de la
rótula) de su posición fisiológica o para que nos entendamos, la salida de su
“sitio”. Bien, pues en esta enfermedad que nos ocupa hoy veremos qué pasa
cuando se produce la luxación de una
glándula lacrimal (que produce lágrimas).
Primero
vamos a ver qué es eso de la membrana
nictitante y su glándula. La membrana nictitante es conocida también
como tercer párpado y es una membrana que se
encuentra en la zona medial (interna) del ojo y que realiza las
mismas funciones que los otros dos párpados: protección y ayudante de la hidratación
del ojo con sus movimientos. Bien, pues en este tercer párpado se halla colocada una glándula que se encarga de producir lágrimas,
las cuales sirven para mantener el ojo húmedo y limpio y ayudan a la nutrición
de la córnea. En condiciones normales
(fisiológicas) la glándula está en su posición y no es visible desde el
exterior.
Una
vez sabemos todo esto podemos entender más la enfermedad. El
problema se produce cuando la glándula sufre una luxación y se sale de su
posición, pudiendo llegar a verse desde el exterior. Normalmente lo
que se aprecia es un “abultamiento” rosado en la zona medial (interna) del ojo
y que asoma por la abertura palpebral, como podemos ver en la foto. Es un
problema que puede aparecer en los dos ojos, aunque no siempre al mismo tiempo
(a veces se produce en un ojo y con el paso de los días, semanas o años puede
aparecer en el otro).
¿Por qué ocurre esto a mi perro o gato? Causas.
La causa exacta no se conoce actualmente,
existen hipótesis y líneas de investigación pero no hay nada concreto. Lo que
sí se sabe es que esta enfermedad ocurre
principalmente en animales jóvenes (de 4 meses a 2 años), que tiene mayor frecuencia en perros y es rara
encontrarla en gatos y que las razas
braquecefálicas (las que tienen el hocico corto y chato) la sufren
con mayor frecuencia.
Razas braquicefálicas |
¿Qué le puede ocurrir a
mi perro o gato con esta enfermedad? Síntomas.
La glándula,
cuando sufre la luxación, no puede realizar
bien su función, por lo que disminuye la producción de lágrima y el
ojo presenta sequedad. En casos crónicos, cuando pasa el tiempo con la
luxación, puede llegar a atrofiarse el tejido glandular y presentar
foliculitis. Todo esto puede acabar derivando en problemas corneales o del
resto de estructuras del ojo.
Existen muchos
casos en los que podemos ver la glándula desde fuera e incluso podemos dejarla
de ver algunos momentos como si hubiera “desaparecido”. Es importante saber que
la glándula permanece luxada la veamos o no
y que debemos tratar el problema.
Algunas otras
enfermedades pueden confundirse con la luxación de la que estamos hablando, por
lo que es necesario que el veterinario resuelva si se trata o no de esta
enfermedad con un examen ocular.
¿Cómo se soluciona esta enfermedad? Tratamiento.
Solamente existe un tipo de tratamiento
recomendado para esta enfermedad, el quirúrgico.
Es una cirugía que consiste en recolocar la
glándula en su posición fisiológica, procedimiento para el que
existen varias técnicas. La cirugía se debe realizar lo antes posible para
evitar problemas asociados a la luxación.
El principal
problema de esta patología es que puede recidivar (volver a ocurrir) en el
mismo ojo o en otro, aunque se haya operado. La cirugía no evita al 100% que
vuelva a producirse la luxación.
Es importante
saber qué cirugía se va a realizar a nuestro perro, ya que antes se realizaba
la extirpación de la glándula (quitarla) y en algunos casos hoy se sigue
realizando. NUNCA SE DEBE EXTIRPAR LA GLÁNDULA.
Si se extirpa la glándula, que produce un 35-40% de las lágrimas del ojo,
podemos estar provocando otras enfermedades como la queratoconjuntivitis seca
(ojo seco) y provocar problemas a largo plazo.
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