Estamos en una
época del año en la que los parásitos externos empiezan a suponer un serio
contratiempo para la salud de nuestra mascota y para la nuestra. En la entrada
anterior hablábamos de la leishmaniosis y hoy queremos centrarnos en las pulgas
y las garrapatas.
Estos
parásitos pueden afectar tanto a nuestra mascota como a nosotros mismos. La
mayoría de las personas piensan que la prevención debe realizarse porque hay
que evitar que consuman sangre de nuestra mascota (o de nosotros mismos) y creen
que no hay problema por que tenga una o dos garrapatas o se le vea alguna pulga
de vez en cuando, de hecho la mayoría de las veces el tratamiento se pone
cuando se le ve el parásito. Esto no es así de simple, la prevención es muy
importante porque cuando se ha producido la picadura ¡Aunque sea una sola!,
nuestra mascota o nosotros mismos ya estamos en riesgo de que nos hayan
transmitido alguna enfermedad, lo cual es el principal problema de estos
parásitos, ya que verdaderamente el consumo de sangre que pueden producir
(salvo en parasitaciones muy importantes) no es tan significativo como la
gravedad de esas enfermedades que transmiten.
LAS PULGAS
Las pulgas son
unos parásitos muy pequeños que habitan en el pelaje de nuestro animal y que por
lo general son difíciles de ver porque “corren”.
Las pulgas se
reproducen con muchísima rapidez, el adulto “habita” en el animal y pone huevos
(unos 15 o 25 al día) que caen al suelo desde el pelaje (o al sofá, o a una
maceta, o a una alfombra…) y que eclosionan para dar larvas que posteriormente
se convertirán en pupas de las que saldrán los adultos. Todo el ciclo se puede
completar en unos 13 a 21 días. En muchas ocasiones se eliminan las pulgas del
animal y no se usan preventivos, por lo que las pulgas pueden volver a
“subirse” a los pocos días, sobre todo si en casa han quedado huevos o larvas.
Además de la
molestia y picor que pueden suponer por el sólo hecho de parasitar a nuestra
mascota, también pueden provocar otros problemas de salud:
- Dypilidium caninum: se trata de una tenia o gusano intestinal que se enquista en las pulgas y que cuando nuestro perro se rasca puede ingerir alguna pulga y contraer el gusano, con las consiguientes pérdidas nutricionales, diarreas, anemias o malestar general de nuestra mascota.
- Mycoplasmosis: se trata de una enfermedad bacteriana, de momento es poco frecuente.
Recuerda
que las pulgas son fotofóbicas, o lo que es lo mismo, se esconden de la luz,
por lo que normalmente buscan las zonas de pelaje más denso y es difícil
encontrarlas, en algunas publicaciones dicen que por cada pulga que vemos…¡¡Hay
otras 10 que no se ven!!
LAS GARRAPATAS
Las garrapatas
son unos parásitos que se fijan a la piel del animal mediante su aparato bucal
(hipostoma) y se alimentan de la sangre que ingieren, aumentando paulatinamente de tamaño
según van consumiéndola.
Las garrapatas
dependen más de las condiciones climáticas que las pulgas, ya que por lo
general suelen criar al aire libre y no en las casas (lo que no quiere decir
que no puedan hacer esto último) y son importantes porque no sólo ingieren la
sangre de nuestra mascota o la nuestra, sino que pueden transmitir (a nosotros
o a nuestra mascota)
- Ehrliquiosis: se trata de una enfermedad producida por parásitos microscópicos (son bacterias intracelulares) del género Ehrlichia, que viven dentro de los leucocitos (monocitos y macrófagos) y los destruyen, ocasionando anemia, signos neurológicos, cambios de comportamiento, falta de coordinación, pérdida de peso, anorexia, convulsiones, artritis, edemas en las extremidades, problemas respiratorios, uveítis, fiebre y pudiendo llegar a ocasionar la muerte.
- Babesiosis: se trata de una enfermedad parecida a la anterior pero producida por un parásito microscópico (en este caso es un protozoo intracelular) del género Babesia, que viven dentro de los glóbulos rojos y los destruyen, ocasionando anemias, decaimiento, fiebres, orina de color oscuro o con sangre e, incluso, pudiendo llegar a ocasionar la muerte.
- Anaplasmosis: producida por un parásito microscópico (una bacteria) del género Anaplasma, también en cierto modo similar a las anteriores.
- Borreliosis o enfermedad de Lyme: producida por una bacteria del género borrelia spp. de momento en España no es muy frecuente.
Para saber si
nuestro animal ha contraído alguna de estas enfermedades es necesario hacer
ciertas pruebas o test analíticos y descartarlas, cuando se cogen a tiempo
pueden eliminarse por completo del animal y si esto no es así pueden llegar a
cronificarse algunas de ellas.
En el caso de
las garrapatas, las zonas de mayor riesgo para que nuestra mascota pueda ser
parasitada por estas son las zonas verdes (parques y jardines) con hierba y
matorrales.
PREVENCIÓN
Por lo que
hemos visto, lo más importante en el caso de estos parásitos es prevenir que
lleguen a nuestra mascota y, por lo tanto a nuestra familia, ya que nos pueden
transmitir enfermedades graves. Existen dos tipos de productos en el mercado:
1.
Productos para eliminarlos: son productos, generalmente
aplicados en forma de baños que solamente sirven para eliminar las pulgas o
garrapatas que nuestro animal tiene en ese momento, no previenen que a
los pocos días se vuelva a infectar de pulgas o garrapatas.
2.
Productos de eliminación y prevención: generalmente en
forma de spray, pipetas o collares (algunas pastillas también). No sólo matan
los parásitos que tiene nuestra mascota, sino que previenen durante cierto
tiempo que pueda volver ser parasitada.
Desde
aquí queremos concienciar que en el mercado existen numerosos productos, con
gran variabilidad en precios y que funcionan mejor o peor. Lo ideal es
contactar y dejarse aconsejar por los especialistas, ya que podemos estar
gastando el dinero en un producto que no sea el más ademado para nuestras
necesidades.
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