Bueno, hoy
vamos a hablar de la ansiedad por separación, ya que es un trastorno cada vez
más frecuente en nuestros perros.
La ansiedad
por separación es un trastorno que afecta principalmente a los animales jóvenes
y a los senior. En los primeros se suele deber a un hiperapego del perro a sus
dueños que provoca la necesidad de estar siempre junto a él y en los segundos
se debe a la necesidad de estar con sus dueños dado que sus capacidades
sensoriales se van perdiendo.
Para entender
mejor el primer caso necesitamos comprender
el proceso normal de “desapego” que sufren los cachorros. Veamos, el cachorro
cuando nace es totalmente dependiente de su madre: para alimentarse, para
mantenerse caliente, para que le estimule la micción… y conforme va creciendo y
madurando va sufriendo un “desapego” hacia su madre que empieza con el destete
(ya no depende de ella para alimentarse). Bien, pues en el caso de los
cachorros suele ocurrir que justo en ese momento es cuando se les suele llevar
a su nuevo hogar y, normalmente, llegan a una casa en la que todos los cuidados
y atenciones van hacia él, intentando que no esté sólo y se adapte rápido a la
nueva situación, pero cortando el proceso de “desapego hacia su madre” y
creando un “hiperapego” en muchos casos con su nueva familia. Este hiperapego
puede desencadenar la ansiedad por separación.
¿En qué consiste la ansiedad por
separación?
Este trastorno
aparece cuando los perros intuyen que se van a quedar solos en casa y en esos
momentos aparecen ciertos comportamientos que no son deseables por los
propietarios. Son los casos en los que el perro, cuando ve a los propietarios
salir o prepararse para hacerlo, se muestra muy agitado, mostrando signos como:
1.
Intentar evitar la partida del propietario
2.
Conductas ansiosas: orinar o defecar en lugares
inadecuados
3.
Ladridos y aullidos
4.
Escarbar, morder o destruir objetos
5.
Autolesiones
6.
Movimientos estereotipados: andar en movimientos
continuos como en círculos, arriba y abajo por el mismo lugar….
La ansiedad por separación se debe de ver
como una enfermedad, un trastorno
del comportamiento cuyos síntomas son los que hemos expuesto antes. Hay que
entender que nuestro perro no actúa por
venganza o rencor, esos sentimientos son humanos. Cuando llegamos a casa y
vemos las “consecuencias” de la ansiedad que sufre nuestro perro, las
reacciones más habituales son enfadarnos y, en muchos casos, reñir o castigar a
nuestro perro; además, solemos ampararnos en la excusa: “cuando llego a casa y
veo lo que ha hecho se esconde (o se agacha de forma sumisa, etc) porque sabe
que lo ha hecho mal”. Error, nuestros
peros no hablan (o eso esperamos), pero
son capaces de captar nuestros estados de ánimo y sentimientos, como cuando
llegamos tristes o agobiados a casa y nos reciben con mimos, lametazos o
caricias. Cuando vemos los destrozos, orinas… nuestro estado de ánimo cambia a “enfado”
y nuestro perro es el primero en darse cuenta, mostrándose sumiso y huidizo, no
porque sepa lo que ha hecho mal, sino porque nosotros le mostramos ese estado
anímico. Es como si estuviéramos riñendo a nuestro perro por cojear cuando le
duele una pata o por toser con una neumonía, aunque tenemos claro que estas
últimas sí son síntomas de enfermedades, ¿No?
¿Qué causas pueden provocar la ansiedad por separación?
Las causas que
pueden desencadenar estos comportamientos son muy variadas, pero entre ellas
podemos encontrar:
- · Perros acostumbrados a estar con personas y se les deja solos por primera vez.
- · Perros que se quedan solos tras periodos en los que han estado mucho tiempo con su propietario, como por ejemplo tras las vacaciones.
- · Perros que viven experiencias desagradables al quedarse solos, como ,los que han estado en perreras o han sido abandonados.
- · Cambios en la composición familiar como mudanzas, fallecimientos, llegada a casa de nuevas mascotas…
- · Modificaciones de las rutinas habituales, como los cambios de horarios de los propietarios, etc.
Prevención
Existen diversos
tipos de consejos y ejercicios para prevenir este tipo de comportamientos
ansiosos. Lo principal es que nuestro perro sea activo y que se lo incentivemos
con estímulos físicos y mentales, os dejamos algunos:
- Hacer algo de ejercicio físico con el perro antes de salir de casa para que se quede más relajado, por ejemplo, sacándolo de paseo antes de irnos.
- Dejar juguetes atractivos, divertidos e interactivos a nuestro perro y jugar con él cuando lleguemos a casa para que tenga un refuerzo positivo a nuestro regreso.
- Pasear cada día, en la medida de lo posible, por lugares diferentes, no hacer paseos estereotipados.
- Utilizar en ciertos casos juguetes en los que se esconde comida para crear un estímulo y un esfuerzo.
- Utilizar algún tipo de juguete, como los huesos para rascar o morder, que parecen tener cierto efecto calmante en nuestros perros.
Tratamiento
La primera
recomendación es, como en cualquier enfermedad, acudir a un profesional
veterinario para pedir consejo y descartar que la ansiedad, los destrozos o los
llantos de nuestro perro se puedan deber a una enfermedad física que no tenga
que ver con la ansiedad por separación. Una vez establecido el diagnóstico, hay
que comenzar el tratamiento.
La clave del
tratamiento es la paciencia. Los ejercicios van evolucionando gradualmente y
hay que realizarlos bien, sin prisas y dedicando tiempo y esfuerzo. No existe
un tiempo establecido para los tratamientos, a unos les costará más que a otros.
Bien, pues el
tatamiento va encaminado a intentar controlar la ansiedad que genera en el
perro la marcha del propietario y para esto los ejercicios que se realizan
son ejercicios de modificación de conducta para acostumbrar al perro a quedarse
solo y hacerle “entender” que sus propietarios no lo abandonan y siempre regresan
a casa. En algunos casos hará falta también algún tipo de medicación. Os
dejamos un planning de tratamiento con 5 ejemplos de algunos de estos
ejercicios:
1.
Realizar
nuestra rutina de salida. Aunque nosotros no nos damos cuenta, solemos
realizar una “rutina” siempre que vamos
a salir de casa: coger las llaves, ponernos el abrigo, cerrar las persianas… y
nuestro perro la conoce de maravilla, a él le estamos contando con estos
gestos que nos vamos de casa y estamos desencadenando la ansiedad. El ejercicio
nº 1 realizar toda nuestra rutina sin salir de casa e ignorar el nerviosismo
del perro, es decir, coger las llaves y sentarnos en el sofá, por ejemplo.
2.
Acercarse
a la puerta. En este caso hacemos la misma rutina anterior pero acabamos acercándonos
a la puerta y abriéndola
3.
Salir al
exterior. Damos otro pequeño paso más, realizamos lo expuesto en el paso 2
y salimos hacia fuera, sin cerrar la puerta, y tras unos segundos volvemos al
interior de casa.
4.
Cerrar la
puerta. Realizamos el paso 3 pero esta vez cerramos la puerta y en pocos
segundos la abrimos y volvemos a entrar.
5.
Aumentar
el tiempo. Repetiremos el paso 3 e iremos dejando cada vez un periodo de
tiempo más largo entre que cerramos la puerta y la volvemos a abrir, al volver
a casa hay que ignorar al perro si se pone nervioso, hasta que se quede
tranquilo. Cuando un perro se acostumbre a salidas de 30 a 60 minutos es
posible que tolere también salidas de 3-6 horas.
Lo que hemos
visto es un ejemplo de un planning para perros con ansiedad por separación,
existen infinidad de ejercicios y actividades que deberemos realizar en cada
caso concreto y siempre, aconsejados por el especialista.
Esperamos que
os haya gustado y que os sirva! Saludos.
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