Hoy vamos a conocer mejor una grave enfermedad que sufren los perros jóvenes y que es de extrema gravedad en la mayoría de los casos: la parvovirosis.
La parvovirosis es una enfermedad vírica muy contagiosa y que afecta principalmente a los cachorros. La enfermedad desencadena una gastroenteritis hemorrágica muy grave, con destrucción del epitelio de revestimiento del intestino y exposición de los vasos sanguíneos que hay bajo éste. Esto hace que las bacterias que habitan de manera habitual en la luz intestinal pasen a los vasos sanguíneos y provoquen una infección generalizada (septicemia), que cursa con decaimiento y fiebre. Por otro lado, la gastroenteritis se manifiesta con los síntomas habituales como son: vómitos, diarreas (en este caso sanguinolentas), dolor abdominal, deshidratación….
La parvovirosis es una enfermedad vírica muy contagiosa y que afecta principalmente a los cachorros. La enfermedad desencadena una gastroenteritis hemorrágica muy grave, con destrucción del epitelio de revestimiento del intestino y exposición de los vasos sanguíneos que hay bajo éste. Esto hace que las bacterias que habitan de manera habitual en la luz intestinal pasen a los vasos sanguíneos y provoquen una infección generalizada (septicemia), que cursa con decaimiento y fiebre. Por otro lado, la gastroenteritis se manifiesta con los síntomas habituales como son: vómitos, diarreas (en este caso sanguinolentas), dolor abdominal, deshidratación….
Para explicar todo esto de forma más sencilla pongamos un ejemplo: El
intestino es una tubería que lleva alimento y bacterias en el interior y que rodeando
esa tubería se encuentran los vasos sanguíneos. El virus provoca la corrosión
de esa tubería (ulceraciones) que provocan la salida del contenido fuera de la
tubería. En el caso del intestino, además, las lesiones evitan que se produzca
la digestión y absorción del alimento y la salida de parte del contenido del
intestino (bacterias) a la zona “exterior” de la tubería, en la que están los
vasos sanguíneos que las transportan por todo el organismo.
El diagnóstico se realiza normalmente en las clínicas veterinarias mediante la realización de un test con una pequeña muestra de heces, aunque en el laboratorio también nos pueden confirmar la presencia del virus.
La transmisión
del virus es oro-fecal, es decir, el virus habita en las células intestinales y
sale con las heces contagiándose el resto de animales por la ingestión del
virus (el virus sobrevive en el suelo o el agua entre otras superficies, no tienen
porque encontrarse las heces todavía en el sitio donde queda el virus) y la
eliminación del virus se produce antes de dar síntomas, mientras se produce la
sintomatología y tras la sintomatología, en caso de que el perro supere la
enfermedad puede eliminar el virus durante semanas o meses
¿Cómo puede tratarse? ¿Se va a poner bien mi cachorro?
Por desgracia, no existe un tratamiento directo sobre el virus, es el propio animal el que con sus defensas y capacidad de regeneración debe superar la infección del virus, por lo que lo único que podemos hacer es tratar las complicaciones que se asocian a la acción del virus, es decir, para la deshidratación provocada por las diarreas y vómitos colocamos suero, para los vómitos ponemos antieméticos, las diarreas damos probióticos y para prevenir las infecciones causadas por las bacterias se ponen antibióticos, por ejemplo, aunque las complicaciones pueden ser muchas otras.
Por desgracia, no existe un tratamiento directo sobre el virus, es el propio animal el que con sus defensas y capacidad de regeneración debe superar la infección del virus, por lo que lo único que podemos hacer es tratar las complicaciones que se asocian a la acción del virus, es decir, para la deshidratación provocada por las diarreas y vómitos colocamos suero, para los vómitos ponemos antieméticos, las diarreas damos probióticos y para prevenir las infecciones causadas por las bacterias se ponen antibióticos, por ejemplo, aunque las complicaciones pueden ser muchas otras.
Como hemos
comentado, como no existe un tratamiento
directo para el virus, lo único
que se puede realizar es una correcta prevención
a base de vacunas, las cuales, como norma general, son las primeras que se
ponen a un cachorro. Aunque la enfermedad afecta principalmente a cachorros es
importante poner recordatorios vacunales a los animales adultos, ya que aunque no presentan síntomas de la enfermedad pueden transmitir el virus.
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