La Enfermedad del tracto
urinario inferior felino (FLUTD son sus siglas en inglés, en español las siglas
son FUS) afecta hasta un 10 % de los gatos de compañía y se caracteriza por
episodios de cistitis en los cuales los gatos afectados hacen pequeñas
cantidades de orina con sangre, a menudo mostrando dolor y dificultad al orinar.
Puede ser de dos tipos, obstructivos o no obstructivos.
Vamos a
intentar entender un poco más acerca de esta enfermedad:
¿Qué es el “tracto urinario inferior felino”?
El aparato
urinario está compuesto por los riñones,
que es el órgano donde se “fabrica”
la orina, los uréteres, que son los
conductos que salen de los riñones y llevan la orina hasta el siguiente
componente, la vejiga de la orina.
Ésta sirve como “almacén” de la orina
y está conectada con el exterior por la uretra.
Los riñones y los uréteres se consideran el tracto urinario superior y la
vejiga y la uretra componen el tracto urinario inferior.
¿Qué le pasa a mi
gato? ¿Cómo puedo notar que tiene esta
enfermedad?
Los síntomas
que pueden aparecer son variados y pueden no darse todos en cada paciente.
Ø Polaquiuria: es el aumento de las veces que el animal orina al día, pueden aumentar las veces
y disminuir la cantidad de orina cada vez o poner la postura pero no orinar
alguna de las veces.
Ø Hematuria: es la presencia de sangre en la orina, muchos animales
presentan sólo este síntoma “de vez en cuando” y el resto del tiempo orinan con
aspecto normal. La presencia de sangre en la orina no quiere decir que veamos
un cambio en su color, puede aparentar un color normal pero haber sangre en la
orina.
Ø Periuria: hace referencia a la
costumbre del gato a orinar fuera del
sitio donde lo hace habitualmente (normalmente el cajón arenero).
Ø Disuria: se define como la difícil, dolorosa e incompleta expulsión de la orina (a veces no llegan ni a orinar), ponen la postura, se esfuerzan, pero no vemos que haga
nada. A veces se puede confundir con estreñimiento y acuden a la consulta por
esto último. En este caso el animal puede sufrir una obstrucción uretral y es
muy importante que si el animal no orina en un máximo de 12 horas se acuda al
veterinario aunque sea de urgencia porque pueden ocurrir graves consecuencias
si no se elimina la obstrucción.
Ø Estranguria: significa que el
animal sufre dolor al orinar o al
poner la postura y no lograr hacerlo, a veces llegan a chillar por el dolor.
¿Qué causas pueden provocar la enfermedad? ¿Puedo
prevenirlas?
Existe
una predisposición a sufrir la enfermedad en los animales con sobrepeso,
sedentarios, que habitan en el interior de una vivienda (estos tres signos son
comunes en los gatos castrados, por eso se dice que tienen mayor
predisposición) y animales sometidos a estrés o ansiedad (por ejemplo gatos que
conviven con otros, llegada de nuevos individuos a casa, etc.). También los
gatos de raza persa parecen tener predisposición.
Podemos prevenir
la enfermedad intentando que el animal no tenga todas las características
arriba mencionadas aunque, a veces, ni siquiera así podemos evitarla.
Resaltar que
la enfermedad obstructiva se da más en machos por dos circunstancias, tienen la
uretra más larga y, además, ésta tiene forma de “S” en una zona, lo que provoca
que sea más fácil la obstrucción en este lugar.
Principalmente
existen 4 tipos de causas de la enfermedad que se dan con mayor
frecuencia.
1. Cálculos
o piedras vesicales: se trata de formaciones, con distintos tipos de
composición, que se forman en el
interior de la vejiga de la orina y que pueden llegar a provocar sintomatología
e incluso, si son pequeños o se fragmentan, pueden llegar a obstruir la uretra.
Provocan inflamaciones en la vejiga.
2. Tapón
uretral: está formado por proteínas inflamatorias, mucosidad y células, elementos que se producen como
consecuencia de una inflamación de la vejiga, y en la mayoria de los casos también se observan cristales que pueden ocasionar estas inflamaciones de vejiga.
3. Espasmo
uretral: se produce un cierre en la uretra debido a la contracción de los
músculos de la misma y es debido al intenso dolor que sufre el animal, por
ejemplo al eliminar pequeños cálculos o por inflamación de las vías urinarias.
4. Cistitis
idiopática felina (CIF): idiopático significa “sin causa conocida” y se trata de un animal con FLUTD que no
presenta las 3 anteriores causas, por lo tanto se diagnostica por descarte de
las anteriores.
Por último os
dejamos un vocabulario de interés sobre el tema:
Infecciones
urinarias: se pueden producir por diversos motivos y pueden ser causante o
causa del FLUTD.
Cristaluria:
formación de cristales en la vejiga de la orina, pueden agregarse para formar cálculos o tapones uretrales.
¿Corre riesgo la vida de mi gato?
Es una
enfermedad que, atendida a tiempo, no
tiene mal pronóstico, aunque en casos muy graves puede provocar consecuencias
graves (por ejemplo gatos obstruidos con fallo renal secundario a esta
obstrucción).
¿Cómo se diagnostica?
Historia
clínica: importante conocer datos sobre la sintomatología en casa.
Exploración
física: se puede comprobar si hay dolor y en qué lugares, palpar la vejiga
o los posibles cálculos, ver si hay fiebre, etc.
Analítica
sanguínea: sobre todo es importante para valorar el riñón, aunque nos da
información sobre el estado general del animal.
Analítica
de orina: podemos encontrar sangre, cristales, infecciones, etc.
Radiografías
y/o ecografías: buscamos cálculos, hematomas, localizar obstrucciones…
¿Qué tratamiento hay para el FLUTD?
El tratamiento
varía, como en casi todas las enfermedades, según el estado del animal, puede
necesitar desde solamente una dieta específica hasta un sondaje urinario o una
hospitalización si el estado del animal es muy grave. Otros componentes del
tratamiento buscan la relajación muscular, la analgesia (suelen ser procesos
muy dolorosos), disminuir niveles de potasio en sangre si está elevado, etc.
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